Un año más, Beyond se convierte en un foro de innovación y transformación. En esta tercera edición, lo hace abordando cómo la colaboración entre la IA y las personas cambia la innovación empresarial, impulsando relaciones genuinas y soluciones disruptivas.
Ante el vertiginoso avance de la tecnología, máquinas y personas cooperan más que nunca, cuestionando los límites y logrando fenómenos inimaginables. Para profundizar en este vínculo que está redefiniendo el futuro, portavoces de grandes empresas y la Administración se han dado cita en Beyond L.O.V.E., el encuentro organizado por The Cocktail y VML para demostrar cómo la relación entre tecnología y creatividad no es aditiva, sino multiplicadora, permitiendo así la creación de una nueva categoría en el sector, diferencial, relevante y a prueba de futuro.
Así lo demostró Alejandra Martínez de Miguel al inicio del encuentro. La actriz y poeta, deleitó a los asistentes con un breve recital de poesía. De hecho, el primero de los poemas fue elaborado por la propia Alejandra, mientras que el siguiente fue una respuesta generada a través de la IA Generativa al arte de la poeta. Un ejemplo claro de cómo la colaboración entre tecnología y creatividad puede dar como resultado obras artísticas que emocionen.
Hasta ahora hemos vivido en un culto a la conexión en el que nos adaptamos a las máquinas, pero con esa conexión hemos ido dejando por detrás el humanismo y el poner a las personas por encima de las conexiones, porque ante todo tiene que establecerse la relación. Y lo que es innegable es que cuando pensamos en la relación, sabemos que lo que la sublima es el amor.
Alberto Suárez, managing director de VML.
Para introducir esa idea, José María Lassalle, consultor independiente y analista político, mostró cómo la relación entre los humanos y la Inteligencia Artificial es determinante para poder construir un mejor futuro. “En este contexto, hablar de amor es fascinante porque supone romper la relación de hostilidad, miedo e incertidumbre que acompaña a la IA con una relación amigable y potencialmente creativa en ella misma. Esa alianza con el amor es una herramienta potencial que va a ser determinante para crecer como humanidad”, señaló el experto.
El evento dejó claro que para lograr colaboraciones exitosas es necesario tener en cuenta las relaciones. Así, Maribel Blázquez Rodríguez, profesora titular del Departamento de Antropología Social en la UCM, reflexionó sobre el término “giro afectivo”, destacando la importancia de incorporar emociones y afectos en la vida - incluido el ámbito laboral - profundizando en el término del amor, “que se ha convertido, en la sociedad occidental contemporánea, en uno de los motores principales de la acción individual y colectiva que afecta directamente a la vida de las personas”, señaló Blázquez.
Por lo tanto, para alcanzar esas relaciones genuinas, las empresas deben cuestionarse las metodologías y marcos que pueden llevar a soluciones pensadas para un mundo que ya no existe, a la hora de diseñar estrategias, productos, servicios o experiencias. Así deben revisitar la manera en la que se trabaja y opera en un mundo tanto físico como digital para que sea más inclusivo, colaborativo y sostenible. En palabras de Clara Tió, chief design officer en The Cocktail: “como empresa privada tenemos la capacidad de tener impacto en darle forma a cómo hacemos las cosas. El sistema customer driven no es sostenible. Desde una perspectiva de diseño y de consultoría debemos incorporar otros tipos de herramientas que empiecen a incomodar y que no solo incluyan el beneficio individual movido por un deseo de gratificación inmediata, sino otro tipo de modelos donde se incluya la comunidad, el contexto y otras dimensiones”.
Por su parte, Philip McKenzie, antropólogo cultural y estratega, exploró sobre cómo pasar de la extracción (que es uno de los principios fundamentales que abarca la vida económica, social y política y por el cual se maximiza el resultado económico a costa de prácticamente cualquier otra cosa) a una perspectiva expansiva en la que se tenga la capacidad de conectar y elevar los valores del amor, el cuidado y la solidaridad, para ampliar el futuro y generar un impacto duradero. “La actual cultura de la extracción está basada en la precariedad, pero tenemos el poder de cambiarlo a un futuro justo y viable gracias a la cultura expansiva”, expuso McKenzie.
Y para lograr la creación de esas relaciones humanas auténticas entra en juego la Inteligencia Artificial Generativa que, en este contexto, emerge como una tecnología clave para este nuevo paradigma. Aunque es vista por algunos como una amenaza, el verdadero potencial de la IA Generativa reside en su capacidad para transformar las relaciones empresariales a través de interfaces accesibles, hiperpersonalización y predicción de necesidades. Lejos de deshumanizar, permite a las empresas escalar la empatía y comprender mejor las necesidades de sus clientes, favoreciendo interacciones más auténticas y significativas.
Esto se consigue a través de la implementación de Arquetipos Sintéticos, avatares digitales construidos a partir de una investigación exhaustiva del consumidor y las ciencias del comportamiento, potenciados por la Inteligencia Artificial Generativa. Estos arquetipos, al encarnar las motivaciones, valores, deseos, sesgos cognitivos y patrones de decisión de los clientes, permiten a las empresas desarrollar una comprensión más profunda y empática de sus consumidores.
“La IA amplifica estas conexiones al procesar grandes volúmenes de información. Nos permite aprender de ella y ajustar las respuestas de los avatares de manera dinámica. De esta manera, las empresas pueden interactuar continuamente con estos clientes virtuales, obteniendo feedback instantáneo y constante que les permite adaptar sus estrategias y decisiones de manera más rápida y precisa, creando así empatía a escala”, afirma Sandra González, especialista en Behavioral Economics en The Cocktail Analysis.
El encuentro finalizó con la intervención de Alberto Barreiro, chief transformation officer en VML, quien reflejó el reto al que se enfrentan las empresas en un contexto de bloqueo, saturado y en busca de una ventaja competitiva.
Nos encontramos en un momento en el que la tecnología por sí misma no es ya un factor diferencial y la ventaja competitiva que ofrece se reduce a la velocidad en la que todas las empresas acceden a las mismas herramientas y se miden por las mismas métricas. Se está produciendo una transición de las empresas hacia un entorno post-digital en el que el éxito empresarial se basa en crear relaciones genuinas con los clientes, fundamentadas en propósito, empatía y experiencias humanas
Alberto Barreiro, chief transformation officer en VML.